"¿Podrías no ser bueno solo para un beso? ¿Por favor?" Esas palabras me habían mantenido despierto toda la maldita noche. No tenía ni idea de como demonios había salido de ese pequeño cuarto. No era como que yo rechacé a una chica. Especialmente una a la que deseaba, y deseaba a Blaire fieramente. Ella estaba empezando a tomar cada uno de mis pensamientos. Necesitaba parar eso. No podía dejarla entrar más. Ella no sabía la verdad. Tenía que protegernos a ambos. Mis sentimientos hacia ella eran realmente muy peligrosos.
Por mucho que le quería contar sobre Nan, no podía. Ella me odiaría y yo estaba demasiado lejos ya. No podría vivir con Blaire odiándome. Mire por encima de mi hombro a la puerta cerrada de la despensa. Los comentarios de despedida de Blaire de la noche sobre ella sintiendo que sobraba me habían molestado. Iba a cambiar eso. Tal vez no estaba listo para subirla escaleras arriba aún, pero iba a alimentarla. No estaba seguro de si comía a las mañanas, pero desde que ayer se durmió tarde había tenido tiempo para hacerle el desayuno.
La puerta de la despensa se abrió detrás de mí y miré de nuevo para ver a Blaire mirándome con una mirada de sorpresa en su rostro. No habíamos acabado las cosas bien anoche. Esta mañana iba a cambiar eso. "Buenos días. Debe ser tu día libre."
Ella no se movió y me dio una sonrisa forzada. "Huele bien," replicó.
"Saca dos platos. He hecho un bacon asesino." Iba a ablandarla. Sabía que ella aún segía enfadada conmigo por dejarla la otra noche, pero maldita sea si no lo había hecho por ella. No por mí.
"Ya he comido, pero muchas gracias." replicó y luego se mordió su labio inferior mientras mirada largamente el bacon. ¿De qué demonios iba eso? ¿Cuando había comido? Había estado despierto dos horas y ella no había salido de su habitación.
Dejé el tenedor que estaba usando y me enfoqué en ella en vez de en el bacon. "¿Cómo es que has comido? Te acabas de despertar." Le pregunté y luego la observé con cuidado en caso de que ella se decidiese no contarme toda la verdad. Si esto iba de ella no queriendo comer delante de mí, u otra ridícula cosa de chicas como eso, iba a tener que superarlo.
"Tengo mantequilla de maní y pan en mi habitación. Tenía un poco antes de venir."
¿Qué demonios acaba de decir? "¿Por qué guardas mantequilla de maní y pan en tu habitación?" le pregunté.
Ella mordió su labio nerviosamente un momento y luego dejó escapar un suspiro. "Esta no es mi cocina. Guardo todas mis cosas en mi habitación."
¿Ella mantenía sus cosas en su habitación? Espera... ¡qué! "¿Me estás diciendo que tú solo comes mantequilla de maní y pan cuando estás aquí? ¿Lo compras y lo guardas en tu habitación, y eso es lo único que comes?" Un nudo enfermo se había formado en mi estómago que no había sentido desde que era un niño. Si me decía que todo lo que ella comía era jodida mantequilla de maní iba a perderlo. ¿Había hecho que ella pensase que no podía comer mi comida? ¡JODER!
Ella asintió lentamente. Esos grandes ojos suyos eran más grandes ahora. Era un gilipollas. No... Era peor que un gilipollas.
Estampé mi mano contra el mostrador y me enfoqué en el bacon mientras trataba el infierno de conseguir el control sobre mí mismo. Esto era mi culpa. Jódeme, esto era mi culpa. Ella nunca se había quejado cuando cualquier otra mujer lo habría hecho. Y ella estaba comiendo jodida mantequilla de maní todos los días. Mi pecho dolía. No podía hacer esto más. Lo había intentado. Había acabado con intentar mantenerla lejos.
"Vete a por tus cosas y vete arriba. Coge cualquier habitación que quieras del lado izquierdo del pasillo. Tira esa maldita mantequilla lejos y come cualquier maldita cosa de esta cocina." la informé.
Se quedó congelada en su sitio. ¿Por qué no me estaba escuchando?
"Si quieres estar aquí, Blaire, entonces mueve tu culo escaleras arriba. Luego baja aquí y come algo de mi maldita nevera mientras te veo." Gruñí y ella se puso rígida ante mi respuesta. Necesitaba relajarme. No quería asustarla, solo quería que se moviera arriba, joder. ¡Y comer algo de bacon!
"¿Por qué quieres que me mueva arriba?" me preguntó suavemente.
Moví el último trozo de bacon al papel antes de mirarla otra vez. Mirarla me hirió físicamente. Sabiendo que la había tratado tan mal hacía malditamente difícil respirar.
"Porque quiero que lo hagas. Odio irme a la cama a la noche pensando en que duermes debajo de mis escaleras. Ahora tengo la imagen de ti comiendo esos malditos sándwiches de mantequilla de maní sola ahí dentro y es más de lo que puedo aguantar." Ahí estaba, lo había dicho.
Ella no argumentó esta vez. Se dio la vuelta y caminó dentro de la despensa. Me quedé de pie ahí y esperé hasta que ella salió llevando su maleta en una mano y una jarra de mantequilla de maní y un hogaza de pan en la otra. Ella puso la jarra y la hogaza en la contadora sin mirarme y luego se fue al pasillo.
Estaba teniendo que agarrarme al borde del mostrador para mantenerme de coger la jarra de mantequilla de maní y tirarla contra la pared. Quería golpear algo. El dolor interno se hacía más grande y necesitaba romper algo para quitar la rabia. La ira que se dirigía totalmente contra mí por se un completo idiota.
"No necesito moverme arriba. Me gusta esa habitación," la suave voz de Blaire rompió mis pensamientos y agarré el mostrador aun más. Había maltratado a una inocente. No iba a ser capaz de perdonarme a mí mismo por ello.
"Tú perteneces a una de las habitaciones de arriba. No perteneces a aquí abajo. Nunca lo hiciste." Respondí sin mirarla.
"¿Al menos me dirías que habitación coger? No me siento bien eligiendo una. Esta no es mi casa."
Estaba asustándola. Una cosa más que ella no se merecía. Solté mi agarre del mostrador y la miré. Ella parecía capaz de volver a la despensa en cualquier momento.
"Las habitaciones de la izquierda son de invitados. Ahí tres de ellos. Creo que te gustara la vista de la última. Mira hacia el océano. La habitación del medio es toda blanca con trozos en rosa pálido. Me recuerda a ti. Así que, tú eliges. El que quieras. Elígelo y luego baja aquí y come."
"Pero no estoy hambrienta. He comido-"
"Si me dices que has comido esa maldita mantequilla de maní otra vez voy a tirarlo contra la pared." Mierda, la idea de eso me volvió furioso. Tome una respiración profunda y me enfoqué en sonar calmada. "Por favor, Blaire. Come algo por mí."
Ella asintió y subió las escaleras. Debería tomar su maleta por ella, pero sabía desde ahora que no me quería cerca de ella. Necesitaba hacer esto sola. Solo había actuado como un loco. Lavé la sarten en el que había cocinado el bacon. Cuando lo lavé Blaire aun no había acabado de elegir su cuarto, tomé un plato grande del mostrador y lo llené de huevos y bacon antes de sentarme en una silla. Ella podía comer de mi plato.
Blaire entró en la cocina y levanté la mirada para verla mirándome. "¿Has elegido la habitación?" le pregunté.
Ella asintió y ando hasta el otro lado de la mesa. "Sí. Eso creo. La que has dicho que tiene una buena vista... ¿es verde y azul?"
"Sí, esa es." No podía esconder mi sonrisa. Había elegido la que pensaba que elegiría. Incluso si era la habitación más cercana a la mía.
"¿Y tú estas de acuerdo conmigo estando en esa habitación? Es realmente agradable. Querría esa habitación si esta fuera mi casa." Ella aún estaba asegurándose de que no iba a cambiar de opinión y mandarla debajo de las escaleras otra vez.
Le sonreí tranquilizadoramente. "Aún no has visto mi habitación." Había dicho "aún". Iba a cavarla. "La mía toma toda la planta superior." le expliqué.
"¿Estás hablando de todas esas ventanas? ¿Eso es una gran habitación?" El temor en su voz era difícil de perder. Iba a llevarla arriba antes de que todo esto se acabara. Yo era más débil de lo que pensaba.
"Yep," esa fue mi única respuesta.
Comí un trozo de bacon mientras trataba de corregir mis pensamientos rebeldes sobre Blaire en mi habitación. Eso no sería nunca una buena idea. "¿Has puesto tus cosas arriba?" le pregunté tratando de pensar en algo más. Cualquier cosa.
"No, quería comprobar contigo antes de desempacar. Tal vez debería mantener todo en la maleta. Para el final de la próxima semana estaré lista para irme. Mis propinas en el club son buenas, y he ahorrado la mayoría de ellas."
No. Ella no podría vivir sola. Eso no era seguro. Ella pensaba que se tenía que mudar por mi culpa. Su padre pobre culo ni siquiera la había llamado para ver si estaba bien. Ella no tenía a nadie, y era tan jodidamente vulnerable. Alguien necesitaba protegerla. No iba a irse de esta casa. No podía soportar la idea de alguien haciéndole daño. Mantuve mi concentración en la playa esperando que me calmara, pero el pánico instalado en el pensamiento de ella viviendo sola me estaba superando.
"Puedes quedarte todo el tiempo que quieras, Blaire." le aseguré. La necesitaba aquí.
Ella no respondió. Tiré de la silla a mi lado. "Siéntate a mi lado y come un poco de bacon." Ella se sentó lentamente y luego le puse un plato delante, "Come," le dije.
Cogió un trozo de bacon y lo mordió. Sus ojos hicieron algo oscilante que hizo que sus pestañas ventilasen sus pómulos. Jódeme, eso era sexy como el infierno. Empujé el plato hacia ella otra vez. "Come otra."
Ella me sonreía como si encontrara esto divertido y el dolor dentro de mí se alivió. Podría mantenerla aquí. Me gustaría hacerlo de forma que nunca querría irse.
"¿Cuáles son tus planes para hoy?" le pregunté.
"Aún no lo sé. Pensaba ir a mirar algún apartamento, tal vez."
Mi alivio se marchó. Mierda, ella estaba buscando un apartamento. "Para de hablar sobre mudarte, ¿vale? No quiero que te mudes hasta que nuestros padres vuelvan a casa. Necesitas hablar con tu padre antes de salir corriendo y empezar a vivir sola. No es exactamente seguro. Eres demasiado joven."
Ella se rió. Ese suave sonido musical que había oído tan poco. "No soy tan joven. ¿Qué pasa contigo y mi edad? Tengo diecinueve. Soy una chica grande. Puedo vivir por mi misma de forma segura. Además, puedo disparar a un blanco móvil mejor que la mayoría de oficiales. Mis habilidades con la pistola son bastante impresionantes. Para con la cosa de no seguro y demasiado joven."
La idea de Blaire y una pistola me excitó y me aterró todo en uno. Aunque sonase sexy, tenía miedo de que se hiriese a si misma. "¿Así que realmente tienes una pistola?"
Ella sonrió y asintió.
"Pensaba que Grant solo estaba bromeando. Su sentido del humor apesta a veces."
"Nope. Le apunté cuando me sorprendió la primera noche aquí."
Eso me hizo reír.
"Me habría encantado haber visto eso."
Ella solo sonrió y mantuvo su cabeza baja. No me estaba mirando y sabía que recordarle su primera noche aquí no era una memoria agradable.
"No quiero que te quedes aquí solo porque eres joven. Entiendo que puedas protegerte a ti misma, o que al menos creas que puedas. Quiero que estés aquí porque... me gusta tenerte aquí. No te vayas. Espera hasta que tu padre vuelva. Parece que vosotros dos estáis demasiado atrasados para una visita. Luego puedes decidir que quieres hacer. Por ahora, ¿qué te parece si vas arriba y desempaquetas? Piensa en todo el dinero que podrás ahorrar viviendo aquí. Cuando te marches tendrás una buena cuenta acolchada." Había dicho más de lo que quería. Pero necesitaba que se quedase.
"Bien. Si realmente lo dices en serio, entonces gracias."
Pensamientos de ella desnuda en mi cama empezaron a burlarse de mí. No podía dejar que se convirtiese en eso. Necesitaba acordarme de Nan. Y todo lo que eso significaría para Blaire. Ella me odiaría al final.
"Lo digo en serio. Pero eso también significa que la cosa de ser amigos debe permanecer en efecto completo," le dije.
"De acuerdo," respondió. No quería que estuviese de acuerdo. Quería que me rogase como lo había hecho la noche pasada. Porque en este momento yo era débil, y me rendiría. Forcé todos los pensamientos sexuales sobre Blaire fuera de mi mente. No podía pensar de esa forma o me volvería loco.
"También vas a empezar a comer la comida de esta casa cuando estás aquí."
Ella sacudió su cabeza hacia mí.
"Blaire, esto no entra en discusión. Lo digo en serio. Comí mi maldita comida."
Ella se levantó y me niveló con una mirada determinada. "No. Compraré mi comida y me la comeré. No soy... No soy como mi padre."
Joder. Otra vez esto era mi maldita culpa. Me levanté para mirarla directamente a los ojos. "¿Crees que no lo sé? Has estado durmiendo en un armario de escobas sin quejarte. Limpiaste después de mí. No comes apropiadamente. Soy consciente de que no eres nada como tu padre. Pero tú eres una invitada en mi casa y quiero que comas lo que hay en mi cocina como si fuera tuya."
La rigidez en los hombros de Blaire se alivió un poco. "Pondré mi comida en tu cocina y me la comeré aquí. ¿Eso está mejor?"
NO. Eso no estaba mejor. ¡La quería a ella comiendo mi comida!
"Si todo lo que piensas comprar es mantequilla de maní y pan entonces no. Quiero que comas apropiadamente."
Ella empezó a sacudir su cabeza y yo me acerqué y tomé su mano. "Blaire, me haría feliz saber que estás comiendo. Henrietta compra los comestibles una vez a la semana, y llena este lugar esperando que tenga mucha compañía. Hay comida suficiente. Por. Favor. Come. Mi. Comida."
Ella mordió su labio, pero no antes de que una sonrisa escapara. Mierda, eso era lindo.
"¿Te estás riendo de mí?" pregunté sintiendo la necesidad de sonreír yo también.
"Sí. Un poco," respondió.
"¿Eso significa que comerás mi comida?"
Dejó escapar un pesado suspiro, pero seguía sonriendo. "Solo si me dejas pagarte semanalmente."
Sacudí mi cabeza en señal de no y ella soltó su mano y empezó a alejarse. ¡Maldita mujer terca!
"¿Adónde vas?" le pregunté.
"He acabado discutiendo contigo. Comeré tu comida solo si pago mi parte. Ese es el único acuerdo con el que estoy de acuerdo. Así que tómalo o déjalo."
Gruñí, pero iba a tener que ceder. "Está bien. Págame."
Ella miró de vuelta hacia mí. "Voy a ir a desempacar. Luego me tomaré un baño en esa gran bañera y después no sé. No tengo planes hasta esta noche."
¿Esta noche? "¿Con quién?" le pregunté no estando seguro de si me gustó el sonido de eso.
"Bethy," respondió.
"¿Bethy? ¿La chica del carrito con la que Jace pierde el tiempo?" No me gustaba nada el sonido de eso. Bethy no era más que problemas. Ella se emborracharía y se olvidaría de Blaire. El hombre que le pudiese herir... no. Ella no se iba a ir sin mí. Alguien necesitaba proteger ese sexy culo suyo.
"Corrección. La chica del carrito con la que Jace solía perder el tiempo. Ella ha acabado y va a superarlo. Esta noche vamos a un honky-tonking para conocer algunos hombres con el cuello azul gracias al trabajo duro." Me respondió y luego se dio la vuelta y se apresuró por las escaleras.
Esta conversación no había acabado.
Hola mi niña gracias por el pov, adoré leerlo. me encanta Rush. besso
ResponderEliminarDe nada cariño ^.^
EliminarRush es adorable *___*
Gracias por las traducciones (:
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