Os voy a hablar de un libro con el que me sentí increíblemente identificada: Measuring up de Nyrae Dawn.
Annabel Conway, de diecisiete años, está cansada de que el Instituo Elite Hillcrest le haga la vida imposible porque no es una talla dos. Este verano, ella contratará a un Entrenador Personal para ayudarle a perder peso.
Annabel no esperaba que su entrenador fuera un chico magnífico de su edad. Los chicos como Tegan son idiotas. Fingen gustarles chicas como ella para después burlarse a sus espaldas. Ha estado allí, ha pasado por eso. No ocurrirá de nuevo. Además, ella odia a los chicos como él. Rubios. Musculosos. Divertidos. ¡Y no ayuda que él sepa sus medidas!
Pronto, Tegan se vuelve más que eso. Él es un chico que le enseña a boxear cuando ha tenido un mal día. Que trota con ella y la deja marcar el ritmo. Quien la besa hasta derretirla. Él la hace sentir bella a pesar de lo que dice la báscula. A diferencia de su madre, él no espera la perfección, y no trata de protegerla del mundo como su madre y su mejor amiga. A Tegan le gusta ella tal cual es.
Pero, ¿Qué sucederá cuando él no este allí? Él no puede estar allí para siempre... ¿Podrá ser Annabel capaz de valerse por sí misma y aprender que ella ya está a la altura? ¿Qué su valor no radica en lo que el mundo piensa, lo que la báscula marque o incluso lo que Tegan le dice... si no en sí misma?
Bien, antes de nada quiero explicarlos que Annabel no está obesa ni nada, solo tiene unos kilitos de más. Lo aviso, porque yo pensaba que estaba muy gorda, y había partes que se me hacían raras, hasta que me di cuenta de que esta solo un poquito rellenita.
Annabel es una chica de diecisiete años que tiene unos kilitos de más. No sería un gran problema si no fuese por su madre (que le mete presión para adelgazar y ser como la típica Barbie tía buena) y el idiota de clase (que no hace más que meterse con ella por su peso y que la engaño para reírse de ella). Annabel, harta de sentirse como una basura, decide apuntarse a un gimnasio en verano (sin decirle nada a su madre, a su mejor amiga,...) para quitarse los kilos que le sobran y sentirse mejor con ella misma. Todo muy normal (¿¿quien no ha dicho nunca este año adelgazo??) sino fuese por su entrenador, Tegan.
Tegan es el típico chico guapo y deportista que resulta ser el entrenador de Annabel. Es increíblemente atento con Annabel, e intenta enseñarle que su fuerza reside en ella misma, no en lo que los demás digan. Poco a poco consiguió ganarse mi corazoncito, y al final del libro quería a mi propio Tegan XD
El tema del peso es el que más me ha gustado. En este aspecto me sentí super identificada. Los complejos y miedos de Annabel los puede tener cualquiera, y entendía esa necesidad de ser perfecta para los demás. La pobre chica tiene un montón de presión familiar para adelgazar, más los insultos del idiota de turno y sus propios complejos, hacen que la chica se odie a si misma. Me gusto que poco a poco perdiese ese miedo y ese asco hacia si misma, gracias a la ayuda de Tegan. Pero lo que más me gusto fue que ella misma se diese cuenta de que ella tenía el poder sobre si misma, no los demás.
Recomiendo totalmente este libro, y más si os sentís mal con vuestro cuerpo o peso ;)
5/5
¿Os interesan los libros de esta temática?
Leire
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