Hoy os traigo la escena de la mansión (This Guilty Blood pag. 206-2011) de Ciudad de Cristal desde el POV de Jace. Espero que os guste ;)
Clary oyó un fuerte ruido de golpeteo a su alrededor. Por un desconcertado momento pensó que había empezado a llover - entonces se dio cuenta de que eran escombros y suciedad y vidrios rotos: los restos de la destruida mansión se arrojaron a su alrededor como granizo mortal.
Jace la presionó con más fuerza en el suelo, su cuerpo plano contra el de ella, su corazón tan fuerte en sus oídos como el sonido de las hundidas ruinas de la mansión.
Más tarde, Jace podría recordar poco sobre la destrucción de la Mansión en sí misma, la destrucción de la única casa que conoció hasta que tuvo diez años. Soló se acordaba de la caída de la ventana de la librería, revolviéndose y rodando por la hierba, y la captura de Clary, girándola y poniéndola debajo de él, cubriendo su cuerpo con el suyo mientras piezas de la la mansión llovían sobre ellos como granizo.
Podía sentir su respiración, sentir la carrera de su corazón. Se acordó de su halcón, la forma en la que se acurrucaba, ciega y confiada, en su mano, la rapidez de sus latidos. Clary le agarraba desde el frente de su camiseta, aunque no pensaba que fuese consciente, su cara contra su hombro; él tenía miedo de que no hubiese suficiente de él, de que no pudiese cubrirla totalmente, protegerla enteramente. Imaginó rocas tan grandes como elefantes rodando por el rocoso suelo, preparados para aplastarlos a los dos, para aplastarla a ella. El suelo se estremeció bajo ellos y se presionó aun más contra ella, como si eso pudiera ayudar de alguna manera. Era pensamiento mágico, lo sabía, como cerrar los ojos para no ver el cuchillo que viene hacia ti.
El rugido se desvaneció. Se dio cuenta con sorpresa de que podía oír otra vez: cosas pequeñas, el sonido de los pájaros, el aire entre los arboles. La voz de Clary, sin aliento. "Jace - Creo que se te ha caído tu estela en algún lugar."
Se echó hacía atrás y miró hacia ella. Ella encontró su mirada firmemente. A la luz de la luna sus ojos verdes podrían haber sido negros. Su pelo rojo estaba lleno de polvo, su cara manchada de hollín. Él podía ver el pulso en su garganta. Dijo la primera cosa que se le ocurrió aturdido. "No me importa. No mientras tú no estés herida."
"Estoy bien." Ella le alcanzó, sus dedos pasando suavemente por su pelo; su cuerpo, hipersensibilizado por la adrenalina, lo sintió como chispas en su piel. "Hay hierba - en tu pelo," ella dijo.
Había preocupación en sus ojos. Preocupación por él. Él se acordó de la primera vez que la besó, en el invernadero, cómo al final lo consiguió, finalmente entendió la forma en la que la boca de otra persona contra la tuya te podía deshacer, dejarte hilado y sin aliento. Que toda la experiencia en el mundo, cualquier técnica que hayas conocido o aprendido, salía por la ventana cunado estaba besando a la persona adecuada.
O la equivocada.
"No deberías tocarme," él dijo.
Su mano se congeló donde estaba, su palma contra su mejilla. "¿Por qué no?"
"Sabes por qué. Viste lo que yo vi, ¿verdad? El pasado, el ángel. Nuestros padres."
Sus ojos se oscurecieron. "Lo vi."
"Sabes lo que pasó."
"Pasaron un montón de cosas, Jace -"
"No para mí." Las palabras salieron en un susurro ahogado. "Tengo sangre de demonio, Clary. Sangre de demonio. Entiendes lo que significa, ¿verdad?"
Ella saco su barbilla. Él sabía lo mucho que la disgustaba que dijesen que ella no entendía, no sabía, o no necesitaba saber algo. Él amaba eso de ella y sacó eso de su mente. "No significa nada. Valentine estaba loco. Solo estaba despotricando -"
"¿Y Jocelyn? ¿Ella también estaba loca? Sé lo que Valentine estaba tratando de hacer. Estaba intentando crear híbridos - ángel humano y demonio/humano. Tú eres la primera y yo soy el último. Soy medio monstruo. Parte todo lo que he estado tratando de quemar,de destruir."
"No es verdad. No puede ser. No tiene ningún sentido -"
"Pero lo tiene." ¿Cómo no lo entendía? Parecía tan obvio para él, tan básico. "Explica todo."
"¿Te refieres a que explica cómo eres un estupendo Cazador de Sombras? ?Cómo eres tan leal, y sin miedo y honesto y todo lo que los demonios no-"
"Explica," dijo, de manera uniforme, "por qué me siento hacia ti de la forma en que lo hago."
Su respiración salio entre sus dientes. "¿Qué quieres decir?"
"Eres mi hermana." dijo, "Mi hermana, mi sangre, mi familia. Debería protegerte -" él se ahogó con las palabras-" protegerte de los chicos que quieren hacer contigo exactamente lo que yo quiero hacerte."
Oyó como su respiración se atrapó. Ella seguía mirándole, y aunque él esperaba ver horror en sus ojos, algún tipo de repulsión -porque él no creía que alguna vez hubiese indicado tan claramente y con tan poco tacto lo que quería - no vio nada de eso. Encontró solo buscadora curiosidad, como si estuviese examinando el mapa de algún país desconocido.
Casi distraidamente, ella dejó que sus dedos hicieran un camino desde su mejilla hasta sus labios, delineando la forma de su boca con la punta de su dedo índice, como si estuviera trazando un curso. Había asombro en sus ojos. Él sintió como su corazón y su cuerpo, siempre traicioneros, respondían a tu toque.
"¿Qué es exactamente lo que quieres hacerme?" ella susurró.
No podía pararse a sí mismo. Él bajo, sus labios rozando su oreja: "Podría mostrártelo."
La sintió temblar, pero a pesar del temblor de su cuerpo, sus ojos le desafiaron. La adrenalina en sus sangre, mezclada con el deseo y la imprudencia de su desesperación, hicieron cantar su sangre. Yo le enseñaré, pensó. La mitad de él convencido de que ella lo apartaría. La otra mitad estaba demasiado llena de Clary: su cercanía, la sensación de ella contra él - para pensar con claridad. "Si quieres que me detenga, dímelo ahora," susurró, y cuando ella no dijo nada, él rozó sus labios contra el hueco de su templo. "O ahora." Su boca encontró su mejilla, la línea de su mandíbula: probó su piel, dulce y salada, el polvo y el deseo. "O ahora." Su boca trazó la línea de su mandíbula y ella se arqueó hacia él, haciendo que sus dedos se clavaran en el suelo. Sus pequeños jadeos lo estaban volviendo loco, y él puso su boca sobre la de ella para calmarla, susurrando, diciendo, no preguntando: "Ahora."
Y él la besó. Gentilmente al principio, pero de repente sus manos estaban agarrando la parte trasera de su camiseta, y su suavidad estaba presionada contra su pecho y él podía sentir la solida tierra ceder cuando cayó. La estaba besando como siempre había querido, y ella era tan audaz como él, probándolo, explorando su boca. Él llegó a los botones de su abrigo mientras ella mordía suavemente su labio inferir y todo su cuerpo se sacudió.
Ella puso sus manos sobre las suyas, y por un momento él estaba asustado de que ella iba a decirle que parase, que era enfermizo, que ellos dos se odiarían a sí mismo mañana. Pero: "Déjame," dijo, y él se quedó quieto mientras ella se desabrochaba el abrigo calmadamente y el abrigo caía abierto. La camiseta que llevaba debajo era casi transparente y él podía ver la forma de su cuerpo debajo: las curvas de sus pechos, la curva de su cintura, la llamarada de sus caderas. Se sintió mareado. Había visto más de otras chicas antes, claro que lo había hecho, pero nunca había importado.
Y ahora nada más importaba.
Ella levantó sus brazos, echó su cabeza hacia atrás, súplica en sus ojos. "Vuelve," ella susurró. "Vuelve a besarme."
Él hizo un sonido que no creía que hubiese hecho antes y cayó contra ella, dentro de ella, besando sus parpados, labios, garganta, el pulso de ahí - sus manos se deslizaron bajo la endeble camiseta hacia el calor de su piel. Estaba bastante seguro de que toda la sangre había abandonado su cerebro mientras buscaba el cierre del sujetador -lo que era ridículo ¿Cuál era el punto de ser un Cazador de Sombras experto en todo lo que pudieses imaginar, si no podías encontrar el cierre de un sujetador? - y oyó su propia suave exhalación cuando lo abrió y sus manos estaban en su espalda desnuda, la frágil forma de sus omóplatos bajo sus palmas. De alguna manera el pequeño sonido que ella hizo fue más erótico que ver a alguien desnudo.
Sus manos, pequeñas y determinadas, estaban en el borde de su camiseta, subiéndolo. Él empujó la suya hacia arriba, hacia sus costillas, queriendo más piel para tocar. Así que esta es la diferencia, él pensó. Esto es lo que estar enamorado significa. Siempre se había sentido orgulloso de su técnica en tener el control, en la respuesta que podía provocar. Pero eso requería evaluación, y evaluación requería distancia, y ahora no había distancia. No quería nada entre él y Clary.
Sus manos encontraron la cintura de sus pantalones vaqueros, la forma de sus caderas. Sintió sus dedos en su espalda desnuda, sus dedos encontrando sus cicatrices y siguiéndolos ligeramente. No estaba seguro de que estaba haciendo, pero ella estaba rodando su cadera contra él, volviéndolo inestable, dándole ganas de ir demasiado rápido. Se agachó y la colocó firmemente contra él, alineando su cadera con la suya, y sintió su aliento en su boca. Él pensó que ella podría alejarle, pero en su lugar, ella colgó su pierna sobre su cadera, acercándolo aún más. Por un instante, pensó que iba a desmayarse.
"Jace," susurró. Ella besó su cuello, su clavícula. Sus manos estaban el su cintura, moviéndose a lo largo de su caja torácica. Su piel era increíblemente suave. Se incorporó mientras él deslizaba su mano debajo de su sujetador y le besaba la marca en forma de estrella de su hombro. Esta a punto de preguntarle si lo que él estaba haciendo estaba bien cuando ella se alejó de él bruscamente, con una exclamación de sorpresa...
***
¿Qué pasa?" Jace se congeló. "¿Te he herido?"
"No. Era esto." Ella tocó la cadena de plata alrededor de su cuello. Al final colgaba un pequeño circulo plateado de metal. Había chocado contra ella cuando ella se había inclinado hacia delante. Se le quedo mirando.
Ese anillo -el metal atacado por el clima, con su patrón de estrellas - ella conocía ese anillo.
El anillo Morgenstern. Era el mismo anillo que Valentine llevaba en el sueño que el ángel les había enseñado. Había sido suyo, y se lo había dado a Jace, como siempre había sido pasado, de padre a hijo.
"Lo siento," dijo Jace. Él trazó la línea de su mejilla con la yema de sus dedos, una intensidad de ensueño en su mirada. "Se me olvidó que llevaba la maldita cosa."
Frío repentino inundó las venas de Clary. "Jace," dijo ella en voz baja. "Jace, no lo hagas."
"¿No haga qué? ¿No use el anillo?" "No, no-no me toques. Detente un segundo."
Imagenes de burdge-bug
Ayy x favor!! si es k como sufrí yo con estos dos en esos momentos puff Deseando que salga ciudad del fuego celestial <3
ResponderEliminarBesos xD
Una parte de mí también, pero la otra sabe que con tantas muertes la que morirá al final seré yo...
EliminarBesos ;3
jajaj si es k con esos finales "a lo Cassie" nos matará a todos como con Princesa Mecánica puff me lo terminé en estos días y todavía en depre post-lectura jajaja k sensiblera soy!
ResponderEliminarBesos :D