Aprovechando que este finde tengo tiempo os traigo las escenas que tenía para subir. Esta vez le toca a una escena de "Tercera tumba todo recto", de la saga Charley Davidson de Darynda Jones desde el POV de Reyes. ¡¡¡Estoy deseando leer más sobre Charley y Reyes!!! ¿Los conocéis? ¿No? ¿A qué estáis esperando?
Disfrutad de estar en la mente de Reyes ;)
PD: Doy por hecho que si no os habéis leído los libros no lo leeréis porque hay spoilers. Pero cuidado si os los habéis leído, porque os dejara deseando el quinto XD
El problema con Charley
La vida en el exterior, lejos del deslizamiento de las barras y la monotonía de la rutina, es tan extraña, tan alienígena, que estoy seguro de que he entrado en otro mundo. Otra galaxia. Me dijeron que sería así. Los que me encarcelaron en primer lugar. Una vez que se dieron cuenta de su error, diez años después de lo hechos, me dejaron en libertad, pero que les jodan. Diez años es mucho tiempo para pagar por algo que no hice. Antes de irme me dijeron que porque me habían metido tan joven no sabría como navegar en el mundo real, una vez que saliese. Las actividades cotidianas como pagar las cuentas y comprar comestibles serían un desafío. Pero yo no necesito nada. Ser el hijo del enemigo público número uno tiene sus ventajas. Puedo vivir con nada más que agua durante meses. Puedo ir a la Antártida y sobrevivir sin siquiera un abrigo, si quería.
Pero ella no está en la Antártida.
Y sobrevivir en el mundo real puede ser un mayor desafío de lo que yo pensaba al principio. Me ducho en una pequeña, deteriorada habitación de hotel. Cuando cojo la toalla, atrapo un trozo de mi reflejo en el espejo roto del fregadero y estudio las barras de color rojo oscuro que corren desde mi hombro derecho, por mi torso, hasta mi cadera izquierda. Los cortes son saludos de un demonio que escapó del infierno. Él encontró nada más que su propia muerte en la tierra, pero la lucha para derrotarlo fue mayor de lo que esperaba. Las heridas se curarían en un par de días, pero no quería que ella los viera. Ni aquellos ni los otros. Soy bastante monstruoso sin añadir desfigurado a la lista.
Mire mis tattoos, a los intrincados patrones de lineas, curvas y puntos. Una banda cogida sola no es nada más que una marca negra en mi piel, pero todas las lineas unidas juntas forman un mapa, una llave para las puertas del infierno- un regalo de mi padre-y si me quedó el tiempo suficiente, voy a caer a través. Como estaba en libertad de una prisión en la tierra, lo último que necesito es volver a entrar en uno en el inframundo. Y dudo que sea lo suficientemente fuerte para escapar de ese lugar, por lo que aparto la mirada. Miro hacia arriba en su lugar. Estudio mi cara. Mis ojos son marrones. Yo nunca los he considerado nada especial, pero otros, tanto hombres como mujeres, parecen particularmente atraídos por ellos, así que trato de no hacer contacto visual cuando estoy fuera. Aun así, sus miradas firmes, su incapacidad de mirar hacia otro lado, de respirar, es desconcertante, así que los ciego. Solo durante unos segundos. Solo el tiempo suficiente para pasar. Y entonces sus ojos están pegados en mi espalda. Caliente. Queriendo. Rogándome que me detenga. Que me de la vuelta.
Nunca lo hago.
Paro de comerme con los ojos mi forma humana, igual a mi forma inhumana, y dejo mu cuerpo física, diciéndome a mi mismo que solo voy a comprobarla. Para asegurarme de que esta a salvo. Hay más de mis antiguos hermanos por ahí, y tienen lujuria solo hacia ella. Hacia lo que tiene. Lo que ella es. Un portal. Una puerta de entrada al cielo mismo.
Viajo por las calles de Albusquerque. Feliz de que nadie puede verme. Nadie puede quererme más que a su próxima respiración. Su hambre se esta drenando. Su decepción cuando les ignoro palpable.
Pasó a través de las paredes de su apartamento y siento como su pulso se acelera. Ella sabe que estoy aquí. Pero aun no me he materializado, por lo que ella no puede verme. Una cosa buena, teniendo en cuenta como me veo en este momento. Ella está de pie delante de su lavabo del baño con una toalla. Piernas largas se derraman fuera de la toalla como una cascada de pecado. El material cóncavo alrededor de su cintura, y me da una idea de su figura de reloj de arena. Su pelo cuelga en oscuros mechones mojados por su espalda. Su dorada mirada sube desde el suelo junto a ella, cae sobre un hombro delgado, y se eleva hasta que ella está mirando directamente hacia mí. Pero ella no lo sabe, por lo que continúa explorando la zona.
No puedo aguantarme. Me acerco y cepillo mi boca en la de ella. Entonces me trago un profundo suspiro cuando su lengua sale para humedecer sus labios, cuando sus dedos tocan la plenitud rosa, probando, explorando. Ella saca su labio inferior por entre sus dientes. Cruza los brazos en esa actitud desafiante que le gusta sacar cuando estoy cerca.
"Puedes mostrarte, ya lo sabes." Su voz es como un viento ronco contra mi piel.
Ella levanta una ceja y continua mirando alrededor. Esperando. Pretendiendo no ilusionarse. Pero puedo oír las oleadas de sangre debajo de su piel, la inundación de calor entre sus piernas. La expresión de su cara es una de ligera molestia, pero su cuerpo habla cantidad. Una traición de proporciones griegas.
"Sigo enfadada contigo," añade.
Ella se apoya a sí misma contra el lavabo y no puedo dejar de presionarme contra su longitud. Ella corta su respiración, intenta alejarme, pero para ella no soy más que espeso, caliente aire. Podría materializarme, pero no lo haré. Ahora no. Después de curarme, SI es que sano. Si tengo la oportunidad. Hay más demonios, y la quieren a ella. Esta hermosa criatura de pie delante de mí. Ella agarra los bordes de la vanidad y se rinde contra el calor con el que la rodeo. Su cabeza cae hacia atrás y me inclino para besar su cuello. Un suave gemido escapa de sus labios, animándome, tentándome a materializarme y enterrarme a mí mismo dentro de ella hasta que vea las estrellas.
No. No ahora. No así. Muelo mis dientes juntos y doy un paso hacia atrás. La frescura instantánea hace que la piel de gallina caiga en cascada sobre su piel radiante. Ella se abraza a sí misma, se frota con los brazos y frunce el ceño.
Cuando habla otra vez, su voz ha cambado. Es más suave, menos segura, y el dolor que emana de su pecho hace que me arrepienta de haber venido. "¿Has conseguido lo que querías? ¿Has conseguido la reacción que querías?"
Ya que su reacción no la involucraba a ella gritando cuando llegase al climax, estremeciéndose en mis brazos, entonces no. Otra vez será.
El problema con Charley es que ella robó mi corazón la primera vez que la vi hace siglos. Su sonrisa brillaba como una brillante estrella contra la seda negra de la eternidad. El universo cambió en su dirección, como si todos los planetas, todas las estrellas y todas las lunas no quisiesen nada más que estar cerca de ella. Sabía exactamente como se sentían. Entendía la profundidad de su atracción antes de que ella naciera en esta tierra. Para esta tierra. Un mundo que la merecía tan poco como yo lo hacía.
Y aquí esta ella de pie. Su barbilla bien alta. Sus ojos grandes, reservas de oro brillante.
"Así que ahora que has logrado tu misión, ¿te importaría irte a la mierda? Tengo un caso que resolver."
Ella vuelve a su vanidad y corre el cepillo por lo enredos de su espalda. Me pregunto si alguna vez descubrirá quien es su verdadero padre. Lo increíble de su ascendencia. Todos los segadores tienen familia, pero ella es realmente de la realeza. Es una princesa entre ladrones.
No, ella se merece más que gente como yo.
Me voy. Me introduzco en mi cuerpo. Tomo una respiración profunda mientras me imagina todos los demonios que han entrado en este plano para llevársela. Y con una energía renovada, yo cazo.
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