06 septiembre 2015

Cartas por el cielo


ADAM LEE 

Vi a Leire en un atardecer sin saber si el atardecer era atardecer por sí solo o si era ella misma. Cargaba con un hatajo de libros y los cuidaba con su abrazo. Pensé que yo podía ser un libro solo para eso; para capturarla, hacerla sonreír, dejarle una huella y ser indeleble y secreto. Un libro solo para ella. 
Y entonces decidí que todo nuestro libro sería de cartas (sinónimos de suspiros, canciones y de nosotros) 
Creo que al final de cuentas conseguí ser uno de aquellos libros que abrazaba. 
Pero con hojas quebradizas y con final amargo. 

LEIRE CASTELLÁN 
Lo vi de refilón pero alcancé a ver sus ojos y me reprodujo en ese instante todas las canciones de La Oreja de Van Gogh. Parecía que había tejido todas las melodías y se las había puesto en ellos y me sentí acompañada de vuelta a casa y en mis sueños. 
Cuando vino a mi librería supe que era real; una melodía persistente que apaciguaría cualquier tormenta, luminoso, una luciérnaga. No recuerdo sus primeras palabras, pero sí su mirada. 
Con ella me lo dijo todo. 
Con ella me dijo que escribiríamos una historia con cartas por el cielo. 
A pesar de todas las tormentas de Madrid. 


La verdad es que me acabé este libro en una tarde, porque al ser narrado mediante cartas, los protagonistas narran mucho en poco espacio. Debido a este formato, la historia es tratada muy superficialmente, ya que en una carta no puedes pasarte media hora narrando el sitio o contando los diálogos. Aun así, el autor consigue transmitir su historia sin ningún problema, y yo, al menos, nunca he sentido la necesidad de explicaciones más largas.

Las cartas están escritas con un estilo poético, por lo que a veces puede ser algo cargante. A mí me gustan las metáforas y la poesía, es más, yo misma escribo poesía en mis ratos libres, pero cuando leo un libro o una historia prefiero que no hay demasiados recursos poéticos, porque hacen que pierda el hilo o que me desespere. Aun así, no me molesta tanto este aspecto porque el libro tiene unas perlas que merece la pena leer.

Las cartas narran la historia de amor de Adam y Leire (¡anda, como yo!). Todo empieza cuando Adam le envía una carta a Leire y así empieza su relación. Nosotros, el cartero, vamos viendo como evoluciona su relación mediante sus cartas y las explicaciones que nos dan al principio, donde dicen cómo ha recibido la carta la persona y cómo ha reaccionado al contenido (una idea muy original, por cierto).

Al principio de cada carta, tenemos una canción que acompaña a su contenido. La mayoría eran de La Oreja de Van Gogh, libro que le encanta a Leire (y al autor, al parecer XD) (¡y a mí!). Encima, las canciones de este grupo sirven como esqueleto para su relación, ya que durante la historia aparecen frases y situaciones que aparecen en sus canciones. 
Pero esta idea tiene un fallo, en mi humilde opinión: A mí la historia me ha gustado, pero aun así, a veces me parecía demasiado melodramática. Para que nos entendamos, en la historia ocurrían cosas malas que ya han ocurrido en otro millar de libros, y creo que esas situaciones, a pesar de darle drama al libro, le quitaban la originalidad. 

La idea de las cartas me ha parecido genial y algo diferente, pero el final no me ha sorprendido nada. Es más, ya se iba viendo por dónde iba la historia y al final, en vez de simpatizar con los personajes, he suspirado porque se me ha fastidiado otro libro con la historia de siempre.

Pero bueno, eso soy yo, que tal vez ya he superado mi cupo de libros con finales de este tipo. Tal vez a vosotros el final os encante, así que yo os recomiendo darle una oportunidad: Es una lectura ligera y muy llevadera, a pesar de hacerse algo pesada o típica en algunas partes ;)

3.75/5

¿Conocíais el libro o el autor? ¿Os llama algo?

Leire

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