Pídeme lo que quieras

Tras la muerte de su padre, el prestigioso empresario alemán Eric Zimmerman decide viajar a España para supervisar las delegaciones de la empresa Müller. En la oficina central de Madrid conoce a Judith, una joven ingeniosa y simpática de la que se encapricha de inmediato. Judith sucumbe a la tracción que el alemán ejerce sobre ella y acepta formar parte de sus juegos sexuales, repletos de fantasías y erotismo. Junto a él aprenderá que todos llevamos dentro un voyeur, y que las personas se dividen en sumisas y dominantes... Pero el tiempo pasa, la relación se intensifica y Eric empieza a temer que se descubra su secreto, algo que podría marcar al principio o el fin de la relación.

Empecé el libro con un poco de miedo, ya que la mayoría de historias sexuales que han sacado después de 50 sombras de Grey no me han acabado de convencer. Me esperaba otro guapo ricachón con graves problemas psicológicos (véase Christian Grey o Gideon Cross), así que me sorprendió que Eric fuese "normal". Judith también me sorprendió, porque era diferente a Ana o Eva (las protagonistas de 50SoG y Crossfire). Era muy "española". Es divertida, muy española en la forma de ser, y en parte muy estereotipada (todo lo que se supone que España es lo refleja esta chica), pero aun así me gusto por su frescura.

Eric es todo serio y "alemán" con todos, pero al tiempo que la relación se va creando vemos una parte de él más dulce y natural. La verdad es que aunque sea un cabezota es un amor *.*

Es difícil no comparar este libro con otras trilogías sexuales, lo siento. Pero este libro es menos serio que los otros, menos trágico. Al estilo de los libros de Megan Maxwell es un libro divertido y fácil de leer. Encima este libro es diferente a otras sagas ya que en este libro tocan un tema del que no sabía casi nada, el voyerismo. El voyerismo es la contemplación de personas desnudas o realizado algún tipo de actividad sexual con el objetivo de conseguir una excitación sexual. A mí la verdad es que el tema no me llama mucho, pero tengo que admitir que las escenas sexuales eran explosivas.

-En cuanto terminemos la reunión te quiero desnuda en el hotel. De momento, me quedo con tu tanga.
-¡¿Cómo?!
-Lo que oyes.
-Ni hablar. Devuélvemelo.
-No.
-Eric, por favor. ¿Como voy a estar sin tanga?
Se levanta. Sonríe con malicia y se encoge de hombros.
-Muy fácil. ¡Estando!

Pero aparte de una sexy historia sexual, Megan ha conseguido escribir una bonita historia de amor. Realmente Eric y Judtih han conseguido pasar la prueba ;)

4/5

Leire