Jennifer subió hace tiempo la escena de la celda de Onyx, y como soy muy maja, os lo subo ;)
PD:¡¡¡¡ NO LEER SI NO HAS LEIDO ONYX!!!!
Sentado en la clase era el último lugar donde quería estar en un día normal, pero estaba casi muriendo por estar aquí. Yo quería estar con Dee. No había mucho que podía hacer por ella. Las palabras nunca fueron buenas para el dolor, pero odiaba que yo no podía estar ahí para ella. Yo también quería estar con Kat. Sí, ella estaba en el mismo edificio que yo, pero no era lo mismo. Yo quería tenerla cerca.
No tenía ni idea de lo que era la forma que el maestro había dibujado en la pizarra. Lo único que vi fue lo realmente asombroso que se había visto Kat en mi cama -lo increíble que se había sentido y saboreado. Todavía podía sentirla sin siquiera intentarlo. Era una locura. Increíble.
Estiré las piernas hacia fuera, todavía sin creer que me había detenido.
¿Hacerlo de la forma correcta? Hombre, iba a necesitar un sostén de entrenamiento pronto.
Pero parar se había sentido bien. Habíamos pasado por un montón de basura y emociones. Honestamente, yo no quería que nuestra primera vez estuviese desfigurada por el dolor y la ira. Puede que no se hubiese sentido así en ese momento y tal vez no lo había hecho, pero yo no quería correr el riesgo.
Cuando la clase terminó, andé por el pasillo y saqué mi móvil de mi bolsillo. Fruncí el ceño mientras me rodeaba un grupo de compañeros de clase. Había un texto perdido de Kat que había llegado hace cuarenta minutos. Molesto de que me lo había perdido, hice clic en el texto.
Mama ha tenido un accidente. Yendo al hospital.
Tuve una parada por hundimiento de estómago completo. ¿Dónde había trabajado su madre anoche? Me devanaba los sesos por encontrar la respuesta. Winchester. Los caminos eran todavía viscosos en muchas áreas y las demás estaban cubiertas de nieve. Al salir del tráfico del pasillo, rápidamente llamé a Kat.
Sonó y sonó. No había respuesta.
Dejando un mensaje corto, luché contra el impulso de salir corriendo de la escuela y encontrar a Kat. El problema era que no sabía a que hospital había ido. Podría estar en cualquier lugar entre aquí y Winchester. Tendría que esperar hasta que volviese.
La paciencia era una virtud en la que no creía.
Antes de dirigirme a mi siguiente clase, registré a Dee. Estaba como esperaba. No era bueno. Quedarse sentado en la clase de historia era una prueba de verdadero control. Cuando llegó el almuerzo aún no había tenido noticias de Kat. Después de probar otra vez y enviar un texto, no podía permanecer en la escuela por mucho más.
A la salida, lo intenté una vez más. Todavía no había respuesta y tenía una sensación de malestar en mi estomago construido como charcos de ácido. El servicio de móvil era irregular en cualquier parte de la ciudad y en todo el camino a Virginia, pero ella ya estaría en Winchester por ahora y Kat... ella hubiera devuelto mis llamadas, sobre todo después de todo.
Me detuve en casa de los Thompson antes de ir a casa. El dolor se aferraba a las paredes como moldes. Pasando tiempo con ellos, me sentía incapaz cuando se trataba de lo que pudiera decir o hacer. Un momento especial en mi vida, pero la muerte era un vacío que ni siquiera yo podía entender completamente. Aquí un momento e ido el siguiente. La muerte era tan rápida. No habría un funeral privado en la comunidad. El cuerpo de Adam sería cremado, como era la tradición, y entonces no habría nada.
No habría más que recuerdos.
Pesado con esos pensamientos, me dirigí a la casa vacía, donde yo caminaba de un lado a otro como un loco. Varias horas habían pasado y seguía sin tener noticias de Kat, empecé a sentirme desesperado. ¿Y si su madre había fallecido y ella estaba demasiado angustiada como para llamar? ¿Y si ella había tenido un accidente de camino al hospital? Su coche estaba aún en el camino de entrada de su casa, así que quería decir que seguramente el señor Michaels la había llevado.
Estaba a medio camino de donde había dejado mi teléfono en la mesa de café, a punto de empezar a llamar a todos los hospitales, cuando empezó a sonar. Había un baño en mi estómago mientras pasé como un tiro por la habitación, descolgandolo.
"¿Kat?", respondí.
Hubo un tramo de silencio y luego: "No, no se trata de Kat."
Exploté en preocupación. "¿Sr. Michaels? ¿Dónde está Kat? ¿Está bien? ¿Qué-?"
"Ella no está... muy bien, Daemon."
Extendí la mano, plantándola en la pared, con las piernas de repente débiles. Esa sensación de descentramiento la había sentido ante los oficiales que me habían hablado de Dawson. Sabía que Kat estaba viva, pero...
"¿Daemon?"
Tomé una respiración profunda. "¿Qué le ha pasado?"
"No hay nada irreversible, al menos en este momento."
Espera. ¿Qué? Me aparté de la pared, todo mi mundo centrando en lo que estaba diciendo el señor Michaels. "¿Qué quieres decir con eso, Will?"
Hubo una pausa. "Kat está bien. Casi. Bueno, ella definitivamente no está teniendo un montón de diversión en este momento."
La furia aumentó como una ola de calor. Mis dedos curvados alrededor del teléfono; moliendo el plástico y el metal. Yo no sabía por qué le había hecho algo a Kat. No me importaba. Todo lo que sabía era que iba a matarlo por eso. "¡Tú, hijo de-"
"Ahora, no vamos a perder tiempo. Daemon, tú puedes solucionar esto. ¿Me estás escuchando? No quieres perderte esto." "Oh, estoy escuchando. También estoy tomando notas."
El Sr. Michaels se rió secamente. "Ven al almacén. Sabes exactamente cúal, ¿y Daemon? Me daría prisa si fuese tú."
El bastardo colgó antes de que pudiera responder. Por un segundo, me quedé mirando el teléfono. Mi piel se estremeció y me sentí perder el control de mi forma humana. Sacudí el teléfono a un lado, me tiré hacia la puerta y estaba a mitad de camino de entrada cuando giré de vuelta, en dirección a Dolly. No sabía lo que estaba pasando con Kat o si estaba herida o mal. Yo tendría que llevar el coche, lo que me hizo ir más lento.
Rompí unas diez leyes diferentes de tráfico mientras corría fuera de la ciudad, hacía el almacén donde esos dos agentes habían arrinconado a Kat. Mi mente estaba en blanco mientras conducía. No podía permitirme pensar en nada. Tenía que mantener la calma. No podía dejar que mi cabeza fuese por ese camino, aquel en la que resultaba herida, porque después de Blake y Adam, yo no estaba seguro de como iba a tratar todo esto.
Seguramente perderé mi mierda y expondré a toda mi raza.
El cielo era de un azul profundo y sin nubes cuando entré en la parte posterior del almacén. Aparqué a Dolly, volé fuera del coche y entré en el edificio. La primera puerta a la que llegué estaba desbloqueada, lo que me puso en alerta máxima.
Tenue iluminación en el techo arrojaba luz amarilla sobre un escritorio de metal y sillas. El olor rancio de los cigarrillos se quedó, pero no había nada más. De memoria, me lancé a la derecha y subí las escaleras. No había tiempo para prepararme, ni siquiera pensar el que podría estar esperándome. Golpeé el rellano del segundo piso y empujé la doble puerta abierta. La puerta se cerró de golpe en las paredes de cemento.
Lo que vi casi me hizo caer de rodillas.
Sin tener en cuenta donde Will se levantó, mantuve los ojos fijos en Kat. Ella estaba en una jaula, una jaula. Como una especie de animal rabioso, encadenada. Me recorrieron tantas emociones que casi perdí el dominio total de mi forma humana. La rabia y desesperación pelearon con apenas un destello de alivio. Kat estaba. Estaba en una sola pieza-
Kat hizo el mínimo movimiento hacia mí y espasmos recorrieron su cuerpo. Su boca se abrió en un grito silencioso.
Temor frío azotaba a través de mí cuando me tiré hacia adelante y agarré los barrotes. Agudo dolor al rojo vivo atacó mis manos y me tiró hacia atrás. "¿Qué es esto?" Miré hacia abajo a mis manos y luego al lugar donde el metal rodeaba sus muñecas. Yo iba a estar enfermo, por primera vez en mi vida.
"Onyx mezclado con hematite y rubí", respondió Will. "Una buena combinación que no sienta bien a los Luxen o híbridos."
Miré a Will. "Voy a matarte."
"No, no creo que lo harás." Se movió unos pasos hacia atrás, sin embargo. "El Onyx cubre cada parte de este edificio, así que sé que no puedes tirar cualquier poder o usar la luz. También tengo las llaves de la jaula y las esposas. Y sólo yo puedo tocar cualquier parte de eso."
"Tal vez no ahora, pero lo haré", gruñí bajo en mi garganta. "Puedes creerlo." Era una promesa que pensaba mantener.
"Y puedes creer que voy a estar listo para ese día." Will arqueó una ceja hacia Kat. "Ella ha estado ahí por un tiempo. Creo que entiendes lo que eso significa. ¿Podemos avanzar?"
Dándole la espalda, me acerqué al otro lado de la habitación y me arrodillé. Kat volvió su cara hacia mí. La presión se cerró sobre mi pecho. Querido Dios, verla así me hacia jirones. "Voy a sacarte de aquí, Gatita. Te lo juro."
"Tan dulce como tu declaración es, la única manera de salvarla de ahí es hacer lo que te digo, y sólo tenemos..." Él miró su Rolex. "Unos treinta minutos antes de que la próxima ronda de oficiales lleguen, y si bien yo tengo la intención de dejaros salir, ellos no lo haran."
Levanté la cabeza, a segundos de plantar mi puño en su cara. "¿Qué quieres?"
"Yo quiero que me mutes."
Miré a Will, preguntándome si había perdido su maldita cabeza. Me eché a reír. "¿Estás loco?"
Will entrecerró sus ojos. "Yo no tengo que explicarte nada. Ella lo sabe. Ella ya te lo explicara. Quiero que me cambies." Él llegó a la jaula, envolviendo sus dedos alrededor del manojo de cadenas. "Quiero llegar a ser lo que es."
"No puedo temblar mi nariz y hacer que suceda."
"Yo se como funciona." Él se burló. "Tengo que estar herido. Me tienes que sanar, y del resto me encargó yo."
Sacudí mi cabeza. "¿Qué es el resto?"
Una vez más, Will miró a Kat y sonrió. "Kat puede explicártelo luego."
"Me lo vas a explicar ahora", gruñí, perdiendo el poco control que tenía.
"O no." Tiró de las cadenas y Kat se dobló.
Su grito fue sólo un gemido, pero cortó a través de mí como un cuchillo oxidado. Me dispararon. "¡Basta! Suelta las cadenas."
"Pero no has oído todo lo que te estoy ofreciendo." El tiró de las cadenas.
Kat se inclinó de nuevo completamente en el piso sucio del almacén. Sus pestañas se batieron y su rostro adquirió una fina capa de sudor. Horror surgió a través de mí como una tempestad. Me moví a la parte delantera de la jaula, las manos cerradas en puños inútiles. "Suelta las cadenas. Por favor."
Liberó las cadenas, y ella se desplomó sobre el suelo. "Este es mi trato. Me mutas y yo te daré la llave de la jaula. Pero no soy estúpido Daemon."
"¿No lo eres?" me reí.
El anciano hizo una mueca. "Tengo que asegurarme de que luego no vengas detrás de mí en cuanto me vaya de aquí, una vez que la saques de la jaula."
"¿Soy tan predecible? Puede que tenga que cambiar mi juego."
Will dejó escapar un suspiro exasperado. "Cuando salga de aquí, no me vas a seguir. Tenemos menos de veinte minutos para hacer esto, y entonces tendrás sólo treinta minutos, más o menos, para ir a la dirección que le he dado a Katy."
Eché un vistazo a Kat. "¿Esto es una búsqueda del tesoro? Los amo."
"Es posible." Poco a poco se acercó y sacó una pistola. "Vas a tener que tomar una decisión después de que la saques de la jaula. Puedes venir detrás de mí, o puedes conseguir lo que siempre has querido."
"¿Qué? ¿Un tatuaje de tu cara en mi culo?"
Las mejillas de Will se pusieron rojos de ira. "Tu hermano."
Mi corazón se detuvo y todos los músculos de mi cuerpo se tensaron cuando di un paso atrás. "¿Qué?"
"He pagado un montón de dinero para meterlo en una posición en la que podría haber "escapado". Además, dudo que le estén buscando." Will sonrió. "Ha demostrado ser bastante inútil. En cambio, tú, por el otro lado, eres más fuerte. Vas a tener éxito en lo que él ha fallado una y otra vez."
"Fallar... ¿en qué?" dijo Kat con voz ronca.
Mi cabeza se giró hacia ella, entrecerrando los ojos. Su voz sonaba... cruda y dolorosa. Sólo por eso quería limpiar el suelo con las entrañas de Will.
"Ha sido obligado a mutar seres humanos", explicó. "No ha estado funcionando. Él no es tan fuerte como tú, Daemon. Eres diferente."
Tomé aire. Estaba ofreciéndome algo que no podía rechazar, mi hermano, mi sangre. Todavía había una gran parte de mí que sólo quería rasgar a través de él. "Preferiría cazarte y romper todos los huesos de tu cuerpo por lo que has hecho. Extraer la carne de tu cuerpo lentamente y luego alimentarte con ellos por lo que le has hecho a Kat. Pero mi hermano significa más que la venganza."
Will palideció. "Esperaba que esa fuese tu decisión."
Estoy seguro de que lo había hecho. El asesinato estaba en mis ojos. "Ya sabes, tienes que estar herido para que esto funcione."
Will asintió con la cabeza, apuntando el arma hacia su pierna. "Lo sé."
Demonios, me decepcionó. Dispararle me habría hecho sentir mejor. "Estaba esperando ser yo el que te infringiese el daño."
"Sí, yo no lo creo."
Sólo pude ver como Will cerró los ojos y se pegó un tiro en la pierna. Fue la cosa más loca que había visto. Ni siquiera gruñó cuando la bala atravesó su carne. Di un paso hacia adelante, envolviendo mis manos alrededor del brazo de Will, inclinando la barbilla hacia abajo para ocultar mi sonrisa de satisfacción. Will pensaba que tenía todo planeado.
Estaba tan equivocado que me encantaría estar ahí para presenciarlo.
Curé a Will y en el instante en la que la herida se sellaba, le envié un mensaje muy especial que sólo él podía oír. ¿Crees que este sera la última vez que me veras? Te equivocas. Te perseguiré a cada paso para hacerte daño. Es un hecho que mi pie se va a cobrar tu culo.
Se echó hacia atrás. Sus ojos mantuvieron los míos por un momento y me di cuenta del miedo en su mirada. Sonreí. Desconcertado, él se sacudió hacia la jaula y abrió la puerta de la misma. Soltó los grilletes de las muñecas de ella. "Te sugiero que no le digas nada a tu madre sobre esto. Después de todo, la mataría." Él sonrió, y yo quise golpear su cara. "Compórtate, Katy."
Entonces, él estaba fuera de la jaula y se fue.
"Daemon..."
"Estoy aquí." Con cuidado al entrar a la jaula, la ayudé a salir. "Te tengo, Gatita. Se acabó."
Yo sabía que estábamos en una línea de tiempo, pero la sostuve contra mi pecho, pasando mis manos por sus mejillas húmedas. Curación irradiaba por mi tacto, filtrando en ella. Salí de la jaula, sujetándola tan cerca que estaba seguro de que nunca iba a dejarla ir otra vez.
Ella rozó suavemente mis manos una vez que estaba de pie por su cuenta. Su voz era ronca y baja al hablar. "Estoy bien."
Un sonido casi inhumano salió de mí y agarré sus mejillas, llevando su boca a la mía. El beso sabía a desesperación y alivio. Cuando se apartó le faltaba aire.
"¿Qué has hecho?, preguntó.
Presioné mi frente contra la suya. Nuestros labios se rozaban mientras hablaba. "Para la mutación funcione, ambas partes tienen que estar dispuestas, Gatita. ¿Te acuerdas de lo qe dijo Matthew? No estaba del todo en ella, si me entiendes. Por lo menos no en la medida en la que él piensa."
Ella se echó a reír, el sonido áspero. "El genio del mal."
"Ya lo creo", le contesté, mi mirada vagando sobre ella mientras enroscaba mis dedos con los suyos. "¿Estás segura de que estás bien? Tu voz..."
"Sí", susurró. "Voy a estar bien."
La besé otra vez, vertiendo todo lo que sentía por ella en el beso. Quería borrar la dura memoria de su tiempo aquí. Quería protegerla de haber experimentado algo como esto otra vez. Mis manos cayeron a su cintura y la sostuve contra mí, dejándola sentir cuando la quería, así no habría duda de que ella era para mí. Ella era mía. Yo era suyo. Una verdad que no iba a cambiar.
Suspiré contra su boca. "Ahora vamos a buscar a mi hermano."
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