Bailando con el diablo

Conoce la historia del más atormentado y tenebroso Cazador Oscuro

Tras 900 años de exilio en las áridas tierras de Alaska, Zarek, el cazador oscuro, regresa a la civilización por un tiempo. Durante ese período logra cabrear tanto a Artemisa y Dioniso que éstos acaban exigiendo su muerte. Pero el líder de los cazadores oscuros, Acheron, insiste en que tenga un juicio justo. 

Artemisa accede de mala gana a que Astrid, diosa de la justicia, sea quien decida si Zarek tiene alguna cualidad a su favor que le redima. Para que nada influya en su decisión, Astrid es privada temporalmente del sentido de la vista. 

Criado como esclavo y habiendo sufrido constantes abusos toda su vida, Zarek jamás conoció la bondad humana. A estás alturas poco le importa lo que piensen de él, por lo que disfruta molestando a todo el que se le pone por delante... lo que significa que la amable y dulce Astrid le tiene completamente desconcertado. Pero Astrid no pierde la calma por mucho que Zarek refunfuñe y enseñe los dientes. Y será finalmente a ella a la que Zarek abrirá una puerta que creía cerrada hace mucho tiempo.

En el tercer libro de la saga Cazadores Oscuros, conocemos un poco mejor a Zarek, el personaje que dio de qué hablar. Todos conocen a Zarek como el cazador más peligroso e inestable. Aun así, en el segundo libro vimos una faceta algo diferente, un poco más humana.

Es esa faceta la que tiene que sacar a la luz Astrid, hija de la diosa de la justicia, la encargada de decidir si Zarek merece vivir o morir. Para ello, viaja a Alaska y crea una tremenda tormenta de nieve para que Zarek, quién ha sido herido, se queda con ella el tiempo que tiene para decidir qué hacer con el cazador. Para ello, tiene la ayuda de su lobo, quién es sus ojos, ya que Astrid tiene que estar ciega para que la apariencia del acusado no afecte su decisión.

Pero mientras este juicio ocurre, un antiguo y peligroso enemigo de Zarek pide su sangre. 

La cosa con este libro es que la trama en sí no me decía mucho, pero sí la pareja. En el libro de Talon, la trama me tiraba más que la pareja, pero en este libro me ha ocurrido lo contrario.

Quería saber qué le había pasado a Zarek para ser desterrado, pero me me interesaba más él como personaje. En mi opinión es el que más ha sufrido, y será difícil que alguien lo supere, ya que no solo sufre vivo (que madre mía, pobre chico), sino que también se siente solo y apartado como Cazador Oscuro (que en parte entiendo a los otros cazadores, pero madre mía, Zarek estaba totalmente solo. Totalmente solo).

Durante años, Zarek ha mantenido a la gente lejos de él antes de ser herido, pero por alguna razón, encuentra difícil hacer eso con Astrid, la única persona que es capaz de hacerle frente sin miedo. He adorado las escenas en las que Zarek ha ido perdiendo capas, pero aun así, creo que esa transición era un poco rápida. Claro, sí leéis el libro veréis que hay una razón por la que Zarek se suelta tan rápidamente, pero a mí me habría gustado una transición más lenta, y me da igual si eso alargaba el libro o no.

Como en los anteriores libros, también va perdiendo capas Acheron. Vale, no descubrimos mucho de él, pero me encanta como en cada libro lo conocemos un poquito más.

Vamos, que el malo maloso no es especialmente interesante, pero sí la pareja y los personajes nuevos (como Simi y un Cazador Oscuro ex-Apolita, ¡qué salga más, por Dios!).

Así que sí, totalmente recomendable ;)

4.75/5 (le daría más solo por lo dulce que es la pareja, pero es que la otra trama me tira para atrás)

Leire