Os dejo la escena del beso del callejón de Ciudad de Ángeles Caídos (llamada El acto de caer) contada desde el POV de Jace. Espero que lo disfrutéis ;)
"Porque no puedo hablar contigo," Jace dijo. "No puedo hablar contigo, no puedo estar contigo, no puedo ni mirarte." - Ciudad de Ángeles Caídos
Jace nunca olvidaría la mirada en la cara de Clary después de que él dijera eso. Shock al principio, convirtiendose en dolor.
Él la había lastimado antes, nunca porque quería, a pesar de que había arremetido en su propia ceguera. Como el momento en el que ella entró cuando él estaba besando a Aline y le dijo todas las cosas hirientes que se le ocurrían, como si las meras palabras en sí mismas tuviesen el poder de hacerla desaparecer, enviarla de vuelta a donde estaba a salvo.
Él siempre se había preocupado más de su seguridad que de otra cosa. Si no lo hubiese hecho, nada de esto hubiese pasado. Jace se preguntó si ella podía ver en sus ojos, ese terror, fragmentos de esas decenas de sueños en los que la apuñaló, la estranguló o la ahogó, mirando después hacia abajo, a sus manos mojadas por la sangre de ella.
Ella dio un paso atrás. Había algo en su cara, pero no era miedo. Era infinitamente peor. Se dio la vuelta, casi tropezando en su prisa por escapar, y salió corriendo del club.
Por un momento él se quedó quieto y la miró. Esto era exactamente lo que querías, una parte de su mente le gritó. Alejarla. Mantenerla a salvo, lejos de él.
Pero el resto de su mente estaba observando el portazo detrás de ella, y veía la ruina final de todos sus sueños. Una cosa era alejarla. Era otra cosa dejarla ir para siempre. Porque sabía que si Clary se iba ahora, ella no iba a volver nunca.
Vuelve.
De alguna manera él estaba fuera del club y la lluvia caía a cántaros como disparos. Él lo ve todo en una sola mirada, la forma en la que siempre hace, la forma en la que fue entrenado para hacer. La camioneta blanca en la acera, la inclinación de la calle, la curva hacia Greenpoint, la apertura de un callejón oscuro detrás del bar, y Clary en la esquina, a punto de cruzar la calle y caminar fuera de su vida para siempre.
Ella da un tirón de su brazo fuera cuando él llega a ella, pero cuando pone la mano en su espalda ella le permite guiarla hacia el callejón. Su mano se desliza por su espalda a su brazo mientras ella se gira hacia él - y puede ver todo de una vez otra vez: la húmeda pared de ladrillo detrás de ellos, las ventanas con barrotes, los descartados equipos de música sumergiéndose en los charcos de agua de lluvia.
Y Clary levanta su cara, pequeña y pálida, su mascara cayendo en líneas brillantes debajo de sus ojos. Su pelo parece negro, pegado a su cara. Ella se siente frágil y peligrosa a la vez, un cristal en sus manos, como un vidrio explosivo.
Ella aleja su brazo del suyo. "Si estas pensando en disculparte, no te molestes. No quiero oírlo." Él intenta protestar, decirle que solo quiere ayudar a Simon, pero ella esta sacudiendo su cabeza, sus palabras como misiles urticantes: "¿Y no podías decírmelo? ¿No podías enviarme un mensaje diciendo donde estabas? Oh, espera. No puedes, porque aun tienes mi maldito móvil. Devuélvemelo."
Él le entrega el móvil, pero es apenas consciente de sus movimientos. Quiere decir: No, no, no, no podía decírtelo No puedo contártelo No puedo decirte que tengo miedo de herirte aunque no quiera hacerlo. No puedo decir que tengo miedo de convertirme en mi padre. Tu fe en mi es la mejor cosa en mi vida y no puedo soportar la idea de destruirla. "-Perdóname-"
Su cara se vuelve blanca, su pintalabios brillando en su rígida piel. "Ni siquiera sé que se supone que te tengo que perdonar. ¿Qué ya no me quieras?"
Ella se aleja de él y se tropieza, a ciegas, y él no puede pararse: la agarra. Ella es delicada y esta temblando en sus brazos y los dos están empapados y no puede parar. Su boca esta medio abierta, y él lleva sus propios labios hacia los de ella, probando pintalabios y dulce jengibre y Clary.
Te quiero. No puede decirlo, así que intenta decírselo con la presión de sus labios y sus cuerpos y sus manos. Te quiero. Te quiero. Sus manos estaban alrededor de su cintura, levantándola, y él se había olvidado: ella no es frágil; ella es fuerte. Sus dedos están excavando en sus hombros, su boca fiera contra la suya, y su corazón late con fuerza como si estuviese tratando de liberarse de su cuerpo mientras él la pone abajo en un altavoz roto.
Para, su mente le está diciendo. Para, para, para. Él fuerza sus manos lejos de ella y las pone en la pared, al lado de su cabeza. Solo que eso acerca su cuerpo al de ella aun más, y eso es un error. Puede ver el pulso golpeando en su garganta; su pintalabios se ha ido y él no puede apartar la mirada del rosa clavel de su boca, enrojecida por besarse, cuando ella respira: "¿Por qué no puedes hablarme? ¿Por qué no puedes mirarme?"
Su corazón late con fuerza, como si quisiese salir de su cuerpo y tomar residencia independiente en otro lugar. "Porque te quiero."
Es la verdad, y la verdad inadecuada para esto, pero él siente que perfora a través de él con la fuerza de una mentira. Su rostro se suaviza, con los ojos muy abiertos. Sus manos están contra él, pequeñas, delicadas y cuidadosas, y se apoya contra ella, respirando el aroma de ella bajo el olor del agua de lluvia. "No me importa," se oye decir a sí mismo. "Estoy harto de tratar de fingir que puedo vivir sin ti. ¿No lo entiendes? ¿No ves que me está matando?"
Él se está ahogando, y es demasiado tarde. Él llega a ella como un adicto llega irremediablemente a la droga que se juro que no volvería a tocar, habiendo decidido que es mejor quemarse en una hoguera final que vivir toda su vida sin ella.
Y el mundo gris arde a su alrededor con color mientras ellos se juntan, cuerpos golpeando con fuerza contra la pared detrás de ellos. El agua remojando su vestido lo hacia manchaba tanto como aceite de motor bajo sus dedos. Él la coge y la empuja, deseo remodelando sus cuerpos en cada toque. Su respiración es irregular en sus oídos, sus parpados medio cerrados y aleteando. Él esta tocando su piel en todos los sitios en los que puede: el cuello, la parte posterior del cuello, sus clavículas duras debajo de sus dedos, sus brazos, suaves y resbaladizos. Sus manos están sobre él, no más tímidas que las suyas, y cada toque parece quemar lejos la lluvia y el frió.
Ella se aferra a sus hombros cuando ella levanta sus piernas y las envuelve alrededor de su cintura, y él hace un ruido que no sabía que podía hacer. Es demasiado tarde para volver atrás. Sus manos se aprietan involuntariamente, y siente el tejido de sus medios bajo sus dedos y él esta tocando su piel desnuda. Y sus besos saben a lluvia. Y si él no estaba cayendo antes, él está cayendo ahora.
Él piensa en la Caída, los ángeles cayendo para siempre al fuego, e Ícaro, que había volado demasiado cerca del sol. Había pensado en la agonía de la caída, el terror de ello, pero nunca que podría ser feliz. Lucifer no había querido caer, pero tampoco quería servir, y como Jace estrechó a Clary cerca contra él, más cerca de lo que nunca pensó que estarían, se pregunto si solo en el acto de la caída uno podía ser verdaderamente libre.
Dibujo de Kara-lija
wow chica gracias a ti, estoy recordando todos estos POV de Jace! xD
ResponderEliminarBesos :D
jajajajjajaj Pues ahora tocan los de Patch XD
Eliminarjajaj sip, ya lo he visto, haber si me empiezo hush hush o como se escriba jajaja xD
EliminarBesos :)